jueves, 24 de enero de 2013

LOS QUE NO BEBEN COCA-COLA


Uno de mis relatos favoritos. Génesis: Una noche en el bar Bacharach, el que regentaba el desaparecido Sergio Algora, a altas horas de la madrugada. Buena música, buen ambiente, copas, gente guapa... Celebración de la vida. Y entonces pensé en él, literalmente, en cómo estaría dos años después de muerto. Dos caras de una moneda.

La ida era mezclar una historia de amor con final trágico y una descripción científica de la actuación de los insectos sobre un cuerpo humano, las escuadras de la muerte. Todo ello salpicado de referencias musicales y un cierto intento poético en las descripciones. No sé si lo logré del todo pero se aproximó bastante a la idea inicial. Intercalar los dos planos buscando el contraste entre uno y otro.

En la parte central de nuevo una narración sin pausas, un retazo de una noche cualquiera en un bar cualquiera con un solo horizonte. Pasarlo bien. Quise generar alegría y caos, en mi cabeza la escena de la fiesta de la película Desayuno con diamantes y El guateque, ritmo y vértigo entre promesas y alcohol. Lo bien que lo pasaban los protagonistas hasta que ella se marchó para siempre. Y en polvo te convertirás.

El título alude a dos tipos de personas. Los que no beben refrescos porque apuran la vida con otras sustancias y los que no beben nada de nada porque están muertos. Yo tampoco bebo Coca-Cola desde el bombardeo de Iraq.


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