sábado, 26 de enero de 2013

MANÍAS


Antepenúltima explicación, si es que alguien la solicitó. Manías se hizo en doce horas. La chispa fue un documental en el que hablaban del TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo). Varios enfermos, y sobre todo sus familias, hablaban de este dramático síndrome y de todas sus penalidades. Era desolador escuchar las narraciones de los afectados y de quienes convivían con ellos. No puedo olvidar la mirada absolutamente derrumbada del padre de una de las chicas, incapaz de emitir una palabra sin echarse a llorar, y la entereza y dignidad de la madre que hacía de tripas corazón. Abollados.

De los casos que allí salieron fui cogiendo cosas de unos y otros, fabulando un poco después al entremezclarlas, para crear al personaje protagonista. Me fui a la cama abatido, solo en la casa a oscuras, y creo que soñé con la historia. Al día siguiente cogía un autobús para ir a reunirme con mi familia a Suances. Era verano y hacía calor.

Lo escribí de tirón en las cuatro horas que duraba el viaje, en mi moleskine recién estrenada, regalo de mi cumpleaños cercano. No he vuelto a tener esa sensación al escribir. La chica de al lado, retratada en el texto, escuchaba música a través de sus auriculares y hacía unos dibujos maravillosos. Los dos juntos, tan cerca y tan lejos, un par de abollados rumbo a la playa. Levanté los ojos y allí estaba el mar verdoso que casi no recordaba.

Los enfermos mentales, suponiendo que éstos lo sean, siguen dando vueltas en mi cabeza. Los loquitos de Silentium tienen mucho de ellos y de otro documental que un día os contaré. De momento es todo.   

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